Desaprender el patriarcado desde la fe

San José, Costa Rica — Octubre 2025

Durante quince días, el Departamento Ecuménico de investigaciones (DEI) se transformó en un espacio de diálogo profundo, revisión personal y esperanza compartida. Teólogas, pastoras, activistas de más de diez países de América Latina y el Caribe participaron en el Seminario Bíblico-Teológico 2025, organizado conjuntamente por el DEI y el Centro Bartolomé de las Casas (CBC), bajo el tema “Justicia de género en la Biblia: aprendizajes feministas y de masculinidades.”

Revisar y transformar

El encuentro propuso un ejercicio de desaprendizaje: mirar críticamente las estructuras patriarcales que atraviesan la teología, las iglesias, las comunidades y las prácticas cotidianas, para imaginar nuevas formas de vivir. Durante dos semanas, las personas participantes trabajaron con metodologías de educación popular, lectura bíblica crítica y pedagogías feministas, abriendo un diálogo entre razón, cuerpo y espiritualidad.

“hemos hecho una revisión personal, social y colectiva sobre el modelo hegemónico de masculinidad, cómo atraviesa pero también cómo se perpetúa a través de la publicidad, el lenguaje, los mensajes, los medios de comunicación, las redes sociales. Y para ello estamos empleando una metodología de educación popular que busca precisamente hacer una revisión e internalizar este modelo, cómo lo replicamos, pero también qué rupturas estamos teniendo para poder transformar”. Explicó Aura Rodríguez Sontay, integrante del Centro Bartolomé de las Casas (CBC) y del Colectivo de Hombres Trans Transformación, de Guatemala.

A través de metodologías participativas, las personas participantes realizaron una revisión profunda de cómo el modelo de masculinidad dominante se reproduce en el lenguaje, la publicidad, los medios y las iglesias. El proceso, no fue sólo intelectual, si no corporal y emocional. “Cada reflexión pasa por mi cuerpo —compartió Marcia Gutiérrez, del Servicio Social Pasionista de Honduras—. Me hizo conectar con la historia de mi madre y mi abuela, con la violencia patriarcal que hemos vivido. Pero también con la esperanza de construir comunidades donde ese otro Dios sea posible”.

También desde Brasil, André Kanasiro, del periódico adventista Revista Zelota, destacó el valor de la convivencia como aprendizaje, donde más que revisar teorías, se vivió en la práctica. “Lo más valioso fue lo que pasó en las conversaciones y gestos entre compañeros. Ahí donde tenemos que colaborar unos con los otros. Y estar atentos a las cuestiones de género que, muchas veces no percatamos en la convivencia, en nuestras casas, en nuestras comunidades.”

Estos testimonios nos recuerdan que la transformación comienza por reconocer la propia historia y las huellas del patriarcado en nuestras experiencias cotidianas.

Fe, justicia y resistencia

En un contexto regional marcado por el avance de los fundamentalismos y los discursos antiderechos, el encuentro reafirmó la importancia de las teologías feministas y de la liberación como espacios de resistencia.

Desde Cuba, la pastora bautista Coralia Teresa Blanco Elissalde, integrante de la Fraternidad de Iglesias Bautistas de Cuba, compartió:

“Vengo de un país donde vivimos una policrisis que nos agobia porque es sostenida en el tiempo. Pero venir al DEI es como volver a casa, es renacer la esperanza. Este taller me ha movido el piso: como dijo Benedetti, cuando tenía todas las respuestas, nos cambiaron las preguntas. Estoy viviendo un proceso de deconstrucción, y eso me fortalece para seguir trabajando en el proyecto de Jesús.”

Vanessa Barbosa, de la Red de Mujeres Negras Evangélicas y la Coordinación Colegiada del Movimiento Negro Evangelico, en Brasil destacó el valor de articular las experiencias afrodescendientes con las teologías feministas latinoamericanas:

“Cuando vi el seminario, lo imaginé como una gran oportunidad de actualizarme y aproximarme a la perspectiva latinoamericana, porque tengo una referencia fuerte de la teología negra norteamericana , pero quería acercarme a esa herencia latinoamericana […] Para mí ha sido un gran éxito, una enorme satisfacción. Estos días han aportado muchísimo a mi investigación y a mis procesos de elaboración personal y política. Pero también me llevo el compromiso de retomar lo vivido aquí y llevarlo a las redes de mujeres, especialmente a las mujeres negras evangélicas, con las que trabajo más directamente. Quiero hacerlo como un paradigma teológico y pedagógico, porque lo que hemos vivido en este seminario es, realmente maravilloso”

Hermenéuticas para la liberación

Desde México, Marilú Rojas Salazar, teóloga feminista, fue una de las facilitadoras del proceso. Participó en el seminario invitada para acompañar este espacio de diálogo intercultural e interecuménico, centrado en la revisión de las masculinidades y los feminismos en la Biblia.

“Hemos estado trabajando para deconstruir estos conceptos de las ‘nuevas masculinidades’ que no existen, y también para comenzar a desarmar otras formas de ser hombre y otras formas de interpretar este sistema patriarcal que necesitamos transformar”, explicó.

Durante la primera semana, el grupo se dedicó a desinstalar la maquinaria patriarcal masculina: esa estructura simbólica que ha moldeado las imágenes del Dios Padre, de un Jesús varón hegemónico y de una Trinidad exclusivamente masculina. En la segunda semana, se abordaron las hermenéuticas de la sabiduría desde categorías feministas, explorando las distintas olas del feminismo, sus tensiones y sus aportes para la lectura bíblica contemporánea.

“Hemos trabajado también los conceptos de androginia para superar los feminismos binaristas y las masculinidades binaristas. Se trata de deconstruir los biotipos, desinstalar los modelos jerárquicos y patriarcales en nuestras propias iglesias. No solo fue un acercamiento bíblico-teórico, sino también práxico.”

Como parte del trabajo hermenéutico, analizaron textos bíblicos claves:

“Tomamos un texto de Samuel en torno a la figura de las pitonisas —las quiromantes, las adivinas, las mujeres que hablaban con los muertos— que fisuraron un sistema patriarcal. Luego abordamos el texto de Génesis con las figuras de Agar, Sara y Abrán, aplicando las siete hermenéuticas: la de la experiencia, la sospecha, la imaginación creativa, la ubicación social, la transformación y el cambio.”

Estas lecturas, añadió, permitieron mirar los textos sagrados desde otros cuerpos y realidades, desmontando las interpretaciones únicas y hegemónicas que históricamente han silenciado a las mujeres.

“Este texto ha sido maravilloso porque hemos podido reconstruirlo desde otras aristas. Y este último día estamos trabajando el tema de la Resurrección como una apuesta por las mujeres, quienes construyeron las primeras comunidades de fe. El reto ahora es cómo implementar esta caja de herramientas —de los feminismos y de las masculinidades— en nuestras comunidades de fe y movimientos sociales.”

Al cierre del encuentro, Marilú definió la experiencia con gratitud:

“Ha sido un proceso enriquecedor, retador, con muchos aprendizajes. Me llevo la experiencia intercultural, interreligiosa, ecuménica; la convivencia. Como siempre, el DEI es una casa de acogida con una mente abierta y un corazón plural.”

Compromiso compartido, saberes diversos, diálogos para esperanzar

Uno de los mayores aprendizajes del Seminario Bíblico-Teológico fue comprender que la desarticulación de los sistemas de opresión es una tarea colectiva, un compromiso que involucra a todas las personas.

“me ha parecido muy interesante el diálogo que está ocurriendo entre las masculinidades y las teologías feministas. Como un aporte también de la transformación que tenemos que hacer, es decir, no solo las mujeres tienen que reflexionar y dialogar sobre los feminismos sino también los hombres, y a partir de ahí transformar nuestras maneras de relacionarnos entre hombres y también con mujeres hacia la justicia” subrayó Rudiel Paneque, del Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr

Desde Colombia, Jhon Henry Camargo Varela de Equipos y Comunidades de Acción por la Paz (ECAP), compartió cómo el seminario le permitió repensar la relación entre la teología, la masculinidad y la defensa del territorio.

“Aprendí que las comunidades campesinas no solo defienden la tierra: son parte de ella. El dolor que atraviesa su territorio las atraviesa también a ellas. Y para acompañarlas, uno tiene que dejar que ese territorio lo atraviese a uno.”

Su testimonio conectó con uno de los núcleos más profundos del seminario: la necesidad de descentrar las teologías patriarcales y reconocer que una fe liberadora no puede desligarse de la vida concreta de los pueblos, si no que revisar las masculinidades también implica revisar la forma en que nos relacionamos con la tierra, con los cuerpos y con el poder.

Después de las reflexiones sobre territorio y fe, María Luna Chaparro Martínez, de Cedesocial (Colombia), sumó una mirada esperanzadora sobre el valor del diálogo y los puentes que el seminario permitió construir:

“Me llevo una oportunidad para empezar a tejer puentes, crear nuevas conversaciones que tal vez están siendo difíciles de tener no solo en Colombia, sino en el mundo, por este aumento de los radicalismos. Personalmente, me llevó un lugar seguro, una confirmación también de un camino recorrido frente a mi propio camino espiritual. Y encontrar personas de otros países que sienten y viven realidades parecidas, también me hace sentir parte de una Latinoamérica junta, unida, que le duele, pero que quiere trascender también el colonialismo. Y me voy recargada, con esperanza.”

Una fe encarnada en la vida y sostenida en comunidad

El seminario no concluyó con certezas, sino con preguntas compartidas. Entre lecturas, cantos, silencios y conversaciones, se reafirmó la convicción de que otra fe es posible: una fe que se encarna en los cuerpos, en los territorios, en las luchas colectivas y en las relaciones que cuidan.

En medio de los fundamentalismos y los discursos de odio, las teologías feministas, populares y de liberación siguen siendo semillas de esperanza que invitan a pensar, sentir y actuar desde la justicia.
Porque sostener la esperanza —y hacerlo en comunidad— es, hoy más que nunca, un acto profundamente político y espiritual.

Tejiendo Resistencias y Cuidados: Intercambio entre el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI) y la Red Amplia La Colcha en Cali, Colombia. 2025

Del 27 de febrero al 10 de marzo, vivimos dos semanas de encuentro, escucha profunda y construcción colectiva entre nosotras, la Red Amplia La Colcha, y el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI) en Costa Rica. Este intercambio surge de la necesidad de continuar procesos de acompañamiento psicosocial que iniciaron en el 2021, en el marco del estallido social en Colombia. Desde este año, se han acompañado a personas defensoras de derechos humanos, que luchan por la justicia, la educación, los territorios y la vida.

Durante este tiempo compartido, profundizamos vínculos con defensoras y defensores de derechos humanos y reafirmamos el valor de encontrarnos, de fortalecer nuestras redes y de seguir apostando por la organización comunitaria.

Un proceso de articulación y aprendizaje mutuo

Nuestra agenda incluyó espacios de formación, visitas territoriales y momentos de celebración colectiva. Iniciamos con la Escuela de Paz, donde reflexionamos sobre los riesgos que enfrentamos y los mecanismos de autoprotección que tejemos desde la comunidad.

Recorrimos territorios de memoria y resistencia como la Azotea de la Abuela y la Fundación Talentos Altos de Menga, donde compartimos alimentos, canciones, historias y afectos que nos nutren y fortalecen.

Nos encontramos con el colectivo Memoria Viva Colombia, con quienes conversamos sobre la importancia de la organización comunitaria para sostener procesos de justicia, reparación y no repetición.

Facilitamos talleres de comunicación popular y metodologías comunitarias para liderazgos sociales, en los que exploramos herramientas para contar nuestras historias, amplificar nuestras voces y continuar nuestras luchas desde lo cotidiano y lo colectivo.

Este intercambio nos confirmó que necesitamos seguir tejiendo redes vivas de cuidado y resistencia, entre Costa Rica, Colombia y toda nuestra Abya Yala. En un contexto que nos fragmenta, elegimos construir juntanzas que protegen, acompañan y celebran la vida.

En el marco de este intercambio elaboramos dos memorias audiovisuales que dan cuenta de lo vivido: uno, sobre la experiencia desde las organizaciones y, el segundo, desde la vivencia de las personas participantes.

Les invitamos a verlos y compartirlos, para que puedan conocer los caminos que nos juntaron, el significado de la experiencia y los aprendizajes de la misma.

Memoria 1: Re existiendo en el encuentro | Intercambio DEI- Cali, Colombia 2025

Memoria 2: Sentires y Aprendizajes | Voces del Intercambio DEI – Red Amplia La Colcha (Cali, 2025)

Comunicado

Ante el asesinato de Roberto Samcam: el deber de garantizar protección internacional

El pasado 19 de junio recibimos con profunda consternación la noticia del asesinato de Roberto Samcam, Reconocido opositor a la dictadura de Ortega-Murillo. A raíz de sus constantes denuncias, Samcam se encontraba exiliado en Costa Rica desde el año 2018, tras huir de la represión y persecución del régimen.

Desde el Departamento Ecuménico de Investigaciones expresamos nuestra más sincera solidaridad con su familia, personas allegadas  y con toda la comunidad nicaragüense en el exilio. Sabemos que este crimen reabre heridas y genera temor entre quienes han luchado por la justicia y la democracia desde el estallido social de abril de 2018.

Este homicidio se suma a una serie de actos violentos contra opositores nicaragüenses en el exilio en Costa Rica como el asesinato de Rodolfo Rojas en el 2022 y varios atentados fallidos contra Joao Maldonado. Estos hechos evidencian un patrón de represión extraterritorial por parte del régimen de Ortega-Murillo.

Samcam contaba con estatus de refugiado en Costa Rica, lo que agrava la situación y evidencia que el país que le acogió no garantizó su seguridad, ni le brindó la protección internacional que correspondía. Esta situación también vulnera a las personas exiliadas nicaragüenses que se encuentran en la misma condición.  

Demandamos a las autoridades nacionales e internacionales que asuman con urgencia su deber de proteger la vida e integridad de las personas solicitantes de refugio, brindando mecanismos reales y efectivos de protección, de acuerdo con lo establecido en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados (Ginebra, 1951), la Declaración de Cartagena (1984) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969). Asimismo , solicitamos justicia en este caso para identificar a los responsables materiales e intelectuales, considerando los posibles vínculos políticos con el régimen nicaragüense.

Reafirmamos nuestro compromiso con la protección integral de las personas defensoras de la vida y la libertad, y, en particular, con las personas nicaragüenses refugiadas en Costa Rica, quienes continúan luchando por la justicia y la democracia en su país.

San José, Costa Rica, 24 de junio del 2025

Una comunidad en movimiento

Taller Socio-teológico 2025. Voces y Realidades de la Movilidad Humana: el derecho a las culturas y espiritualidades en tránsito

Entre el 12 de mayo y el 6 de junio, diecisiete personas provenientes de diversas organizaciones y trayectorias, de territorios de Abya Yala, se reunieron en el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI), en San José de Costa Rica, para participar en el Taller Socio-Teológico 2025. Durante cuatro semanas, este espacio tejió formación, escucha y análisis crítico, con un eje transversal: el reconocimiento de la movilidad humana no solo como un fenómeno político y social, sino también como un proceso de dignidad, resistencia, justicia y reexistencia.

Desde el inicio, el DEI apostó por una metodología participativa, interseccional y cuidadosa. Lejos de ser un curso convencional, el taller se convirtió en una experiencia de comunidad, articulación y compromiso colectivo.

Un camino de cuatro semanas

Durante la primera semana, nos adentramos en distintos enfoques sobre la movilidad humana y comenzamos a descubrir cómo las teologías de la liberación nos invitan a mirar a las personas en movimiento como sujetos teológicos, protagonistas de la reflexión teológica y sus espiritualidades. Las sesiones fueron facilitadas por la MSc. Karoline Mora Blanco, teóloga y coordinadora de formación del DEI, y el Dr. Carlos Sandoval García, especialista en temas de migración.

La segunda semana puso el foco en las causas estructurales del desplazamiento. Se abordaron factores económicos, políticos, culturales y ambientales. Las sesiones fueron guiadas por Alina Cedeño Montoya, psicóloga especializada en estudios decoloniales, antirracistas, de género y sexualidades, y por Luis Sanabria Zaniboni, educador popular y analista político. El análisis permitió comprender la movilidad humana como una consecuencia directa de los sistemas de opresión que siguen operando en nuestros territorios.

La tercera semana se centró en el testimonio directo de personas y comunidades protagonistas de procesos de movilidad. Periodistas, mujeres, comunidades indígenas y experiencias pastorales de acompañamiento compartieron sus vivencias, luchas y formas de resistencia cotidiana. Se escucharon voces de mujeres organizadas en colectivos como Las Pinoleras y Las Volcánicas, así como representantes de las comunidades Mayagna y Miskita en Nicaragua; y de experiencias de acogida como el Centro de Atención al Migrante Exodus (CAME) y la Pastoral de Migración de la Iglesia Luterana Mexicana. También participaron la Asociación de Periodistas y Comunicadores Independientes (PCIN) y el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, quienes compartieron sus prácticas de comunicación y denuncia desde el exilio. Durante los conversatorios también contamos con la presencia de cinco jóvenes voluntarios alemanes de PPM de Brot für die Welt, quienes realizan su labor durante un año en ONGs locales y se sumaron durante dos días por el interés en la temática trabajada.

La cuarta semana cerró el proceso con un enfoque en la articulación de acciones colectivas y redes regionales, para la construcción de propuestas concretas, sostenidas por una espiritualidad liberadora. Uno de los momentos más destacados fue la participación de lideresas indígenas de TZK’AT, Red de Sanadoras Ancestrales del Feminismo Comunitario Territorial desde Iximulew – Guatemala, quienes integraron cuerpo, sanación y territorio como ejes políticos y espirituales de resistencia en los procesos de movilidad cuerpo-tierra-territorio, marcando un cierre profundo y simbólico del taller.

Como expresó Elisa Pérez Trejo, de la Pastoral de Migración de la Iglesia Luterana Mexicana,  participante del taller:

“Uno de los aprendizajes más fuertes fue seguir viendo a las personas en movilidad como nuestros iguales, no como una cifra más en informes o noticieros. Son nuestros prójimos, y por eso hay que ayudarles, no desde la lástima, sino desde la justicia y la humanidad compartida.”

También destacó que,

“En este mes, en el DEI, pude sentir lo que es una comunidad real, donde una puede ser una misma, sin juicios, y compartir con otras personas desde la verdad. Eso me lo llevo en el corazón.”

Como parte de esta experiencia , el DEI fue sede de la segunda jornada del III Encuentro Interuniversitario sobre Interculturalidad. Las personas participantes del Taller Socio-Teológico se sumaron, entrecruzando voces, perspectivas y aprendizajes. Durante el encuentro, se compartieron ponencias sobre epistemologías situadas, memorias afrocostarricenses, arte, literatura y espiritualidades. Organizaron esta jornada interuniversitaria la Red de Interculturalidad, el Proyecto “Educaciones, espiritualidades y resistencias”, la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión, el Centro de Investigaciones sobre Diversidad Cultural y Estudios Regionales (CIDICER) y el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI).

Además del trabajo formativo, el taller incluyó espacios de acompañamiento psicosocial, una sesión de biosalud, momentos de recreación y descanso, y un proceso cotidiano de cuidados compartidos. También recibimos con entusiasmo la visita de 18 estudiantes de pedagogía de la Universidad Nacional (UNA), quienes participaron en un espacio de diálogo e intercambio.

Una despedida que es semilla

El cierre no fue un acto ceremonial, sino una síntesis sentida de lo experimentado. Tal como expresó Karoline Mora,

Nos vamos diferentes. Conmovidas, tocadas por lo vivido. Con nombres, rostros y testimonios que ya no se borran.”

 La jornada final incluyó un espacio de devolución, una fiesta comunitaria y el compromiso explícito de seguir construyendo desde distintos territorios. Porque, como se recordó una y otra vez a lo largo del proceso, migrar no es solo un tránsito forzado: es también una forma de resistir, afirmar la dignidad y reimaginar comunidad.

Agradecimientos

Agradecemos profundamente la participación comprometida de cada persona que formó parte de este proceso, así como el acompañamiento de las agencias que lo hicieron posible: Pan para el Mundo, Misión 21 y la Iglesia Unida de Canadá.