Del 27 de febrero al 10 de marzo, vivimos dos semanas de encuentro, escucha profunda y construcción colectiva entre nosotras, la Red Amplia La Colcha, y el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI) en Costa Rica. Este intercambio surge de la necesidad de continuar procesos de acompañamiento psicosocial que iniciaron en el 2021, en el marco del estallido social en Colombia. Desde este año, se han acompañado a personas defensoras de derechos humanos, que luchan por la justicia, la educación, los territorios y la vida.
Durante este tiempo compartido, profundizamos vínculos con defensoras y defensores de derechos humanos y reafirmamos el valor de encontrarnos, de fortalecer nuestras redes y de seguir apostando por la organización comunitaria.
Un proceso de articulación y aprendizaje mutuo
Nuestra agenda incluyó espacios de formación, visitas territoriales y momentos de celebración colectiva. Iniciamos con la Escuela de Paz, donde reflexionamos sobre los riesgos que enfrentamos y los mecanismos de autoprotección que tejemos desde la comunidad.
Recorrimos territorios de memoria y resistencia como la Azotea de la Abuela y la Fundación Talentos Altos de Menga, donde compartimos alimentos, canciones, historias y afectos que nos nutren y fortalecen.
Nos encontramos con el colectivo Memoria Viva Colombia,con quienes conversamos sobre la importancia de la organización comunitaria para sostener procesos de justicia, reparación y no repetición.
Facilitamos talleres de comunicación popular y metodologías comunitarias para liderazgos sociales, en los que exploramos herramientas para contar nuestras historias, amplificar nuestras voces y continuar nuestras luchas desde lo cotidiano y lo colectivo.
Este intercambio nos confirmó que necesitamos seguir tejiendo redes vivas de cuidado y resistencia, entre Costa Rica, Colombia y toda nuestra Abya Yala. En un contexto que nos fragmenta, elegimos construir juntanzas que protegen, acompañan y celebran la vida.
En el marco de este intercambio elaboramos dos memorias audiovisuales que dan cuenta de lo vivido: uno, sobre la experiencia desde las organizaciones y, el segundo, desde la vivencia de las personas participantes.
Les invitamos a verlos y compartirlos, para que puedan conocer los caminos que nos juntaron, el significado de la experiencia y los aprendizajes de la misma.
Memoria 1: Re existiendo en el encuentro | Intercambio DEI- Cali, Colombia 2025
Memoria 2: Sentires y Aprendizajes | Voces del Intercambio DEI – Red Amplia La Colcha (Cali, 2025)
Ante el asesinato de Roberto Samcam: el deber de garantizar protección internacional
El pasado 19 de junio recibimos con profunda consternación la noticia del asesinato de Roberto Samcam, Reconocido opositor a la dictadura de Ortega-Murillo. A raíz de sus constantes denuncias, Samcam se encontraba exiliado en Costa Rica desde el año 2018, tras huir de la represión y persecución del régimen.
Desde el Departamento Ecuménico de Investigaciones expresamos nuestra más sincera solidaridad con su familia, personas allegadas y con toda la comunidad nicaragüense en el exilio. Sabemos que este crimen reabre heridas y genera temor entre quienes han luchado por la justicia y la democracia desde el estallido social de abril de 2018.
Este homicidio se suma a una serie de actos violentos contra opositores nicaragüenses en el exilio en Costa Rica como el asesinato de Rodolfo Rojas en el 2022 y varios atentados fallidos contra Joao Maldonado. Estos hechos evidencian un patrón de represión extraterritorial por parte del régimen de Ortega-Murillo.
Samcam contaba con estatus de refugiado en Costa Rica, lo que agrava la situación y evidencia que el país que le acogió no garantizó su seguridad, ni le brindó la protección internacional que correspondía. Esta situación también vulnera a las personas exiliadas nicaragüenses que se encuentran en la misma condición.
Demandamos a las autoridades nacionales e internacionales que asuman con urgencia su deber de proteger la vida e integridad de las personas solicitantes de refugio, brindando mecanismos reales y efectivos de protección, de acuerdo con lo establecido en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados (Ginebra, 1951), la Declaración de Cartagena (1984) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969). Asimismo , solicitamos justicia en este caso para identificar a los responsables materiales e intelectuales, considerando los posibles vínculos políticos con el régimen nicaragüense.
Reafirmamos nuestro compromiso con la protección integral de las personas defensoras de la vida y la libertad, y, en particular, con las personas nicaragüenses refugiadas en Costa Rica, quienes continúan luchando por la justicia y la democracia en su país.
Taller Socio-teológico 2025. Voces y Realidades de la Movilidad Humana: el derecho a las culturas y espiritualidades en tránsito
Entre el 12 de mayo y el 6 de junio, diecisiete personas provenientes de diversas organizaciones y trayectorias, de territorios de Abya Yala, se reunieron en el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI), en San José de Costa Rica, para participar en el Taller Socio-Teológico 2025. Durante cuatro semanas, este espacio tejió formación, escucha y análisis crítico, con un eje transversal: el reconocimiento de la movilidad humana no solo como un fenómeno político y social, sino también como un proceso de dignidad, resistencia, justicia y reexistencia.
Desde el inicio, el DEI apostó por una metodología participativa, interseccional y cuidadosa. Lejos de ser un curso convencional, el taller se convirtió en una experiencia de comunidad, articulación y compromiso colectivo.
Un camino de cuatro semanas
Durante la primera semana, nos adentramos en distintos enfoques sobre la movilidad humana y comenzamos a descubrir cómo las teologías de la liberación nos invitan a mirar a las personas en movimiento como sujetos teológicos, protagonistas de la reflexión teológica y sus espiritualidades. Las sesiones fueron facilitadas por la MSc. Karoline Mora Blanco, teóloga y coordinadora de formación del DEI, y el Dr. Carlos Sandoval García, especialista en temas de migración.
La segunda semana puso el foco en las causas estructurales del desplazamiento. Se abordaron factores económicos, políticos, culturales y ambientales. Las sesiones fueron guiadas por Alina Cedeño Montoya, psicóloga especializada en estudios decoloniales, antirracistas, de género y sexualidades, y por Luis Sanabria Zaniboni, educador popular y analista político. El análisis permitió comprender la movilidad humana como una consecuencia directa de los sistemas de opresión que siguen operando en nuestros territorios.
La tercera semana se centró en el testimonio directo de personas y comunidades protagonistas de procesos de movilidad. Periodistas, mujeres, comunidades indígenas y experiencias pastorales de acompañamiento compartieron sus vivencias, luchas y formas de resistencia cotidiana. Se escucharon voces de mujeres organizadas en colectivos como Las Pinoleras y Las Volcánicas, así como representantes de las comunidades Mayagna y Miskita en Nicaragua; y de experiencias de acogida como el Centro de Atención al Migrante Exodus (CAME) y la Pastoral de Migración de la Iglesia Luterana Mexicana. También participaron la Asociación de Periodistas y Comunicadores Independientes (PCIN) y el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, quienes compartieron sus prácticas de comunicación y denuncia desde el exilio. Durante los conversatorios también contamos con la presencia de cinco jóvenes voluntarios alemanes de PPM de Brot für die Welt, quienes realizan su labor durante un año en ONGs locales y se sumaron durante dos días por el interés en la temática trabajada.
La cuarta semana cerró el proceso con un enfoque en la articulación de acciones colectivas y redes regionales, para la construcción de propuestas concretas, sostenidas por una espiritualidad liberadora. Uno de los momentos más destacados fue la participación de lideresas indígenas de TZK’AT, Red de Sanadoras Ancestrales del Feminismo Comunitario Territorial desde Iximulew – Guatemala, quienes integraron cuerpo, sanación y territorio como ejes políticos y espirituales de resistencia en los procesos de movilidad cuerpo-tierra-territorio, marcando un cierre profundo y simbólico del taller.
Como expresó Elisa Pérez Trejo, de la Pastoral de Migración de la Iglesia Luterana Mexicana, participante del taller:
“Uno de los aprendizajes más fuertes fue seguir viendo a las personas en movilidad como nuestros iguales, no como una cifra más en informes o noticieros. Son nuestros prójimos, y por eso hay que ayudarles, no desde la lástima, sino desde la justicia y la humanidad compartida.”
También destacó que,
“En este mes, en el DEI, pude sentir lo que es una comunidad real, donde una puede ser una misma, sin juicios, y compartir con otras personas desde la verdad. Eso me lo llevo en el corazón.”
Como parte de esta experiencia , el DEI fue sede de la segunda jornada del III Encuentro Interuniversitario sobre Interculturalidad. Las personas participantes del Taller Socio-Teológico se sumaron, entrecruzando voces, perspectivas y aprendizajes. Durante el encuentro, se compartieron ponencias sobre epistemologías situadas, memorias afrocostarricenses, arte, literatura y espiritualidades. Organizaron esta jornada interuniversitaria la Red de Interculturalidad, el Proyecto “Educaciones, espiritualidades y resistencias”, la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión, el Centro de Investigaciones sobre Diversidad Cultural y Estudios Regionales (CIDICER) y el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI).
Además del trabajo formativo, el taller incluyó espacios de acompañamiento psicosocial, una sesión de biosalud, momentos de recreación y descanso, y un proceso cotidiano de cuidados compartidos. También recibimos con entusiasmo la visita de 18 estudiantes de pedagogía de la Universidad Nacional (UNA), quienes participaron en un espacio de diálogo e intercambio.
Una despedida que es semilla
El cierre no fue un acto ceremonial, sino una síntesis sentida de lo experimentado. Tal como expresó Karoline Mora,
Nos vamos diferentes. Conmovidas, tocadas por lo vivido. Con nombres, rostros y testimonios que ya no se borran.”
La jornada final incluyó un espacio de devolución, una fiesta comunitaria y el compromiso explícito de seguir construyendo desde distintos territorios. Porque, como se recordó una y otra vez a lo largo del proceso, migrar no es solo un tránsito forzado: es también una forma de resistir, afirmar la dignidad y reimaginar comunidad.
Agradecimientos
Agradecemos profundamente la participación comprometida de cada persona que formó parte de este proceso, así como el acompañamiento de las agencias que lo hicieron posible: Pan para el Mundo, Misión 21 y la Iglesia Unida de Canadá.